Mujeres
y hombres se quejan de que una vez pasados algunos años
de vivir como pareja, la pasión desbordada de los primeros
tiempos va desapareciendo, y en lugar del sexo apasionado existe
una mayor identificación espiritual, más calmada,
más tierna. Y a no todos les agrada esa transformación.
Incluso
muchos ven esos cambios como desinterés por el otro-a,
incomprensión, carencia de deseo, aburrimiento. No
son pocos los que terminan pidiendo el divorcio.
Pues
bien. Un equipo de científicos de la Universidad de
Pisa, Italia, descubrió que la química corporal
que hace que la atracción sexual se mantenga entre
las parejas dura, como mucho, dos años, y ello se debe
a que un tipo diferente de hormonas toma el relevo.
Para
llegar a tal conclusión que puede alarmar a muchas
parejas establecidas, los científicos italianos midieron
los niveles de neurotrofinas en la sangre de voluntarios.
Ellos fueron clasificados sobre la base de una escala de amor
apasionado.
La
presencia de estos llamados mensajeros químicos era
superior en quienes se encontraban en una primera etapa de
su romance. Mientras, los que tenían una relación
de entre uno y dos años carecían de las denominadas
moléculas del amor.
Pero
también encontraron que la neurotrofina o sustancia
de la pasión había cedido el paso en la sangre
a la oxitocina, o molécula de la ternura.
La
especialista Donatella Marazziti, quien encabeza la investigación,
afirmó que quienes juran que sus sentimientos serán
eternos están errados, pues las hormonas cuentan otra
historia.
En
tanto, el bioquímico y escritor de temas científicos
Michael Gross, dijo en el Reino Unido que los resultados del
análisis es lo único que la ciencia puede ofrecer
como analogía real a las flechas de Cupido y lo realmente
importante es probar que los mensajeros químicos comunican
sentimientos románticos entre los humanos.
La
doctora Petra Boynton, de la Sociedad Británica de
Psicología, afirmó que los cambios hormonales
en parejas de varios años está equivocadamente
valorado como algo negativo.
Se
sugiere que lo que ocurre al principio es la mejor parte,
y eso no es verdad. Me preocupa que al identificar estas hormonas,
haya algún tipo de acción científica
que requiera sustituciones (hormonales) para recrear la pasión
inicial, advirtió Boynton.
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