Lo
muestra un estudio piloto de investigadores de la Facultad de
Odontología de la UBA
El
cepillado diario y correcto de los dientes hace mucho más
que evitar el mal aliento, mantener la belleza de la dentadura
y librarnos de las caries: también puede ayudarnos
a preservar la salud cardíaca.
Estudios
realizados en los últimos años sugieren que
existe una estrecha relación entre las encías
y el corazón. Es más, un trabajo local conducido
por investigadores de la Facultad de Odontología de
la Universidad de Buenos Aires, que estudió en 181
pacientes de ambos sexos la relación entre las enfermedades
periodontal (de las encías) y cardiovascular, llegó
a la conclusión de que el riesgo coronario de una persona
con periodontitis es mayor que el de un fumador y sólo
menor que el de una persona con colesterol elevado.
"De
acuerdo con la bibliografía, los principales factores
de riesgo coronario son la diabetes, la hipercolesterolemia,
la hipertensión arterial, el estrés y el tabaquismo
-explica del doctor Osvaldo Costa, titular de la cátedra
de Periodoncia de la UBA-. Nuestro estudio respalda la teoría
de que la enfermedad periodontal es un importante factor de
riesgo para la enfermedad coronaria. Hay que estudiarlo más
en profundidad, porque es grave."
La
muestra analizada incluyó a pacientes de entre 35 y
65 años que ingresaron en el servicio de Hemodinamia
del Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular
de la Fundación Favaloro para ser sometidos a una cinecoronariografía
diagnóstica, un estudio que permite ver la anatomía
coronaria y cuantificar el grado de obstrucción arterial.
El
67% de los pacientes coronarios presentaba hipercolesterolemia,
el 72% era hipertenso, el 24,30% tenía diabetes, el
49,53% era fumador y el 89,72% tenía periodontitis.
Al
comparar estos porcentajes con los del grupo de control, los
índices de probabilidad más altos fueron para
la hipercolesterolemia y la enfermedad periodontal (4,43 y
3,21, respectivamente), en comparación con la diabetes
(2,59), el tabaquismo (1,22) y la hipertensión (1,37).
Según
el especialista, las primeras evidencias de la influencia
de la periodontitis en la salud cardiovascular surgieron de
biopsias de las paredes endoteliales cardíacas en las
que se encontraron bacterias específicas de la cavidad
bucal, como la Porphyromonas gingivalis o el Actinobacilus
actinomicetencomitans . El proceso inflamatorio puede ser
iniciado no sólo por éstas, sino también
por las propias células de defensa del anfitrión
"activadas" -como los linfocitos, los monocitos
o los eritrocitos- que se depositan en las paredes arteriales.
Cuando los lípidos se pegan sobre ellas comienza a
formarse la placa de ateroma.
Antes
de que sea tarde
La
enfermedad periodontal es un cuadro crónico que aparece
entre los 20 y los 25 años. "Uno tiene la idea
de que la enfermedad periodontal es un problema de la vejez,
y realmente no es así -dice Costa-. Aparece en edades
avanzadas, pero empieza a edades tempranas. Es más,
hay chicos que tienen periodontitis graves."
Un
estudio realizado hace un par de años en todo el país
encontró que el 97% de la población local tiene
algún signo de enfermedad periodontal.
La
periodontitis clásica tiene una evolución lenta
y puede atacar a cualquier persona sana, si no se lava bien
los dientes y no concurre al odontólogo para hacerse
un mantenimiento. Aumenta el riesgo de tener bebes de bajo
peso al nacer, infarto cerebral y diabetes. Las agresivas
son de tres tipos: la prepuberal, que puede padecerse desde
los dos o tres años hasta los doce, la juvenil, hasta
los 25, y la de avance rápido, hasta los 35. Son producidas
por bacterias específicas. Como los microorganismos
que causan la periodontitis se alojan entre la encía
y el hueso, frecuentemente quien la padece no se da cuenta
hasta que el proceso ya está avanzado. "No sé
por qué, pero existe el mito de que cuando uno se lava
los dientes las encías tienen que sangrar -afirma el
especialista-. Sin embargo, las encías normales no
sangran. La que sangra es la que está enferma."
La
placa periodontal sólo puede advertirse si se la tiñe
con una solución revelante, la eritrocina. Son unas
pastillitas que se dejan disolver en la boca y pintan los
dientes de color rojo. Luego de hacer un buche, todo lo que
queda pintado indica la presencia de bacterias. "Están
muy adheridas al diente -explica Costa-. Las de la periodontitis
más agresiva no hacen cálculo [sarro], andan
sueltas. En cambio, las que generan las periodontitis comunes,
sí. De esto se desprende que los pacientes que hacen
sarro tienen mejor pronóstico que los que no lo hacen."
Costa
aconseja hacerse anualmente una radiografía seriada
para verificar el estado de las encías y de las obturaciones.
Y subraya: "Frecuentemente se publican avisos que aconsejan
sacarse los dientes y reemplazarlos por implantes para eliminar
la enfermedad periodontal. Nada más alejado de la verdad.
El implante tendrá la misma periodontitis que tenía
el diente. Sólo que no se llamará periodontitis,
sino periimplantitis. La placa bacteriana es la misma y tiene
el mismo efecto deletéreo sobre la encía. Hoy
día, la enfermedad periodontal es considerada un foco
séptico más importante que la caries".
Por
Nora Bär
De la Redacción de LA NACION
http://www.lanacion.com.ar
Gracias
Miguel Harari por enviarnos esta informacion!
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